La confirmación de los primeros casos de COVID-19 en Venezuela, trajo consigo la profundización de la Emergencia Humanitaria Compleja, lo que ha hecho que los venezolanos no puedan cumplir con la cuarentena, debido a una serie de protestas, saqueos y enfrentamientos con funcionarios del régimen de Nicolás Maduro, como una respuesta social ante las constantes violaciones a sus derechos fundamentales.
La escasez y el difícil acceso a la gasolina se agudizó, limitando el trabajo informativo que realizan los medios de comunicación y periodistas en el país. Medios impresos se han visto en la obligación de suspender su distribución por falta de gasolina para el traslado de sus empleados y ejemplares; y los ciudadanos se han visto en la necesidad de realizar colas por días para abastecer sus vehículos del combustible, algunas veces sin poder lograrlo.
Por otro lado, la constante inestabilidad eléctrica en el país ha ocasionado que distintas emisoras deban salir del aire, ya que sus equipos de transmisión son gravemente afectados por las fallas eléctricas, que a su vez han tenido un impacto significativo en la conectividad a Internet, limitando el acceso a los medios informativos y la difusión de noticias.
Sin embargo, a pesar de los ataques y las dificultades que deben enfrentar, medios de comunicación y trabajadores de la prensa siguen realizando su labor para mantener informados a los venezolanos sobre los acontecimientos y sucesos más importantes durante la pandemia del COVID-19 en Venezuela.Este segundo informe sobre las violaciones del derecho a la libertad de expresión y acceso a la información contra medios de comunicación y trabajadores de la prensa, contiene una ampliación y actualización de los casos en los que fue reprimido y violado el derecho a la libertad de expresión durante la pandemia del COVID-19 hasta el 30 de abril de 2020.
RedesAyuda en total ha documentado 71 casos desde el inicio de la cuarentena hasta el 30 de abril, en los cuales trabajadores de la prensa han sido detenidos arbitrariamente, hostigados, amenazados o incluso víctimas de ataques y daños contra su propiedad; y los medios de comunicación han enfrentado bloqueos, obstaculizaciones y ataques que, en los peores casos, han ocasionado que cesen su labor.